miércoles, 25 de septiembre de 2024

 

ECOFEMINISMOS, EL VALOR DE LOS CUERPOS EN LA TIERRA QUE HABITAMOS

Las nuevas sociedades necesitan repuestas adecuadas a los nuevos retos que van surgiendo y los desafíos de la agenda feminista en el siglo XXI deben sumar, a los de lograr una igualdad real, romper las brechas educativa, digital y salarial y la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres, los relacionados con la lucha a favor del respeto al medio ambiente y contra el cambio climático y preservación de los ecosistemas.

Y es que ofrecer respuestas dignas para la vida, respetar el medio ambiente en el que vivimos, defender la paz como única opción y reconocer la generosidad de la Naturaleza, son cuatro de los elementos que integran una de las corrientes que con más fuerza vive ahora el feminismo. Se trata de aunar los postulados de los movimientos ecologista y feminista para proponer unos nuevos modos de relación que resulten sostenibles y respondan a las exigencias de la justicia social en el mundo actual que logre una transición ecológica justa.

Una justicia social que necesita de la igualdad de oportunidades, de la equidad de género, del respeto al medio ambiente y de la conservación de la vida en el planeta. Estamos dibujando el Ecofeminismo, o, mejor dicho, los ecofeminismos, porque son muchos y diversos, aunque eso sí, se trata de un movimiento que lleva con nosotras cincuenta años y que vio la luz con el libro “Feminismo o la muerte”, de la francesa Francoise D' Eaubounne.

En Estados Unidos las voces de Carol Adams, escritora feminista y animalista y Karen Warren, filósofa interesada en los problemas éticos del ecofeminismo se unieron al movimiento y desde Australia lo hizo Val Plumwood, también filósofa. Como resulta patente, estas primeras ecofeministas de la historia ponían el acento en la reflexión sobre los criterios filosóficos que debían regir en las relaciones de las sociedades con los ecosistemas y el resto de seres vivos de la Tierra, incluido el mundo vegetal, apareciendo las mujeres como las necesarias defensoras y garantes de unos nuevos postulados.

Todos estos planteamientos y la publicación de la obra de D' Eaubonne coinciden en el tiempo con la Segunda Ola del Feminismo, pero su interés se centra en plantear cómo la sobre explotación de los recursos naturales y la desigualdad de las mujeres forman parte de la misma ecuación. El desarrollo de los modos de producción, el saqueo de los recursos de los países del Sur y el consumo infinito de los países del Norte, unido al cambio climático, el racismo, el colonialismo y las guerras, hacen que la vida sea cada vez más vulnerable en el planeta. A partir de estos planteamientos se aboga por la necesidad de una redistribución de recursos que debe lograrse desde la responsabilidad social que consiga caminar hacia un mundo más justo y sostenible.

En Estados Unidos hay autoras, como la filósofa Mary Daly que sostienen que las injusticias sociales y la degradación del medio ambiente están intrínsecamente entrelazadas entre sí y con la necesidad del capitalismo de expoliar los recursos naturales en la carrera sin fin de la codicia y el beneficio máximo.

El movimiento se extendió a Europa, Canadá, Asia, África y los países de América del Sur. Uno de los factores esenciales que aúna la actuación de las mujeres en todas estas zonas geográficas tan diversas es el pacifismo y la no violencia. Los nombres ocupan y han ocupado titulares de los medios de comunicación por su compromiso y activismo político que, en algunos casos como el de Petra Kelly, cofundadora de Los Verdes alemanes, y Berta Cáceres, líder indígena Lenca que defendía los derechos de su pueblo asentado en Honduras y El Salvador, pagaron el compromiso con su vida. Bertha Zúñiga Cáceres, la hija de Berta, asesinada en 2016 por defender su tierra oponiéndose a la construcción de una presa, ha recogido el testigo de su madre y continúa con su lucha, a la vez que sigue reclamando la resolución del femicidio con la confirmación de las siete sentencias ya emitidas.

Especialmente significativo es el caso de Wangari Maathai, líder keniana y primera mujer africana galardonada en 2004 con el Premio Nobel de la Paz “por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz”. Con métodos no violentos también Vandana Shiva, natural de India, participó, con el movimiento de mujeres Chipko en la defensa de los bosques del Himalaya impidiendo su tala con métodos de resistencia pasiva aplicados por Ghandi. En las acciones directas desarrolladas para la defensa del medio natural también ha participado con el movimiento de mujeres de Plachimada para, con una senda pacífica, lograr una sentencia que judicial que reconoce los derechos comunitarios sobre el agua frente a la actuación invasiva de una empresa multinacional. Para ella el capitalismo patriarcal colonizador es el auténtico enemigo a abatir a través de lo que denomina la “revolución verde” que defiende acabar con los agrotóxicos, la biopiratería y los transgénicos, comercializados e impuestos a países como la India por parte de las poderosas multinacionales.

“Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista” es uno de los grandes lemas del Ecofeminismo de las mujeres del Sur que establece un vínculo indivisible entre el cuerpo y el territorio y que la única manera de tener una vida digna es la defensa de ambos.

En el momento actual, una de las voces que con más fuerza defienden en nuestro país este movimiento es la filósofa argentina residente en España, Alicia Puleo para la que “el objetivo más profundo de la filosofía ecofeminista es una redefinición del ser humano que implica una redefinición de los demás seres vivos para habitar pacíficamente la Tierra”. Ha publicado dos libros relacionados con este movimiento que son “Ecofeminismo para otro mundo posible” y el más reciente, “Claves Ecofeministas. Para rebeldes que aman la Tierra y a los animales”.

Hoy en día es reconocida como una de las voces con mayor autoridad en el Ecofeminsimo. Una de las consideraciones más interesantes que realiza Alicia Puleo es la de plantear la necesidad de la compasión en el mundo actual: “Las ciencias androcentristas han desvinculado la compasión y la empatía de las teorías filosófica y yo creo que es necesario incorporarlo como un valor”. Como ejemplos señala a las primatólogas Jane Goodall y Dian Fossey que, en contra de las indicaciones de sus jefes, establecieron relaciones de amor y compasión con sus sujetos de estudio, los primates y les pusieron nombres.

Para ella la vida buena no debe estar conectada al consumo infinito y señala que “el hilo de Ariadna del Ecofeminismo es el hilo que nos permitirá construir una cultura de paz, no de guerra, de ecojusticia feminista que no se olvide de las mujeres y que permita plantear que la felicidad se encuentra en los placeres sencillos y no en la acumulación infinita de objetos, transformando el principio de la dominación en el principio de la compasión y los cuidados que serán los que rijan nuestras relaciones con el mundo para construir una cultura de la ecojusticia feminista”.

Entre las figuras que destacan en el Ecofeminismo español hay que nombrar a la antropóloga Yayo Herrero que muestra como uno de sus máximos puntos de interés el necesario valor que se debe conceder a los cuidados, absolutamente necesarios para la supervivencia del género humano y del planeta. Otra de las cuestiones fundamentales para Herrero es cuestionar el principio de la producción a partir de una realidad que todas conocemos: “Los tiempos y esfuerzos que se hacen en el espacio del hogar no se cuentan como productividad y eso que las mujeres estamos disponibles veinticuatro horas, trescientos sesenta y cinco días al año. El concepto de producción establecido no está ligado a la vida, sino solo al crecimiento económico, invisibilizando el trabajo de las mujeres y dejando al margen de los derechos las aportaciones domésticas”.

 

viernes, 6 de septiembre de 2024

 

LOS CUIDADOS EN NUESTRA SOCIEDAD 

Nos encontramos en un momento reflexivo crucial acerca de los cuidados, adquiriendo una relevancia importante en el marco de la actualidad, también el concepto de Carga Mental. La corresponsabilidad y la distribución de las tareas de cuidados sientan las bases para la construcción de vínculos y sociedades más equitativas y justas. 

"Sin madres no hay futuro" es la contundente afirmación de la asociación "Yo no renuncio" que acaba de presentar un estudio sobre la soledad que sienten las mujeres al convertirse en madres en el que se analiza "cómo la falta de apoyo a la conciliación y el reconocimiento de la maternidad obliga a muchas mujeres a renunciar a su carrera profesional". El dato que avala esta aseveración es que el 87% de las mujeres que abandonan su desarrollo profesional lo hacen por "temas de salud mental y la sensación de no poder llegar a todo". Como consecuencia "Yo no renuncio" exige que la maternidad sea reconocida social y económicamente.

Y es que la maternidad entra de lleno en el concepto que ha ido ganando fuerza desde el COVID: los cuidados se escriben en femenino y también con cifras, ya que durante la pandemia las mujeres duplicaron las horas de trabajo para hacer frente a la necesidad de estos cuidados. 

Estos cuidados que abarcan todo lo necesario para sostener la vida y la salud, han sido realizados a lo largo de siglos por mujeres en el ámbito de la familia, la sororidad y la amistad y, como consecuencia, han sido invisibilizados y por tanto aparecen carentes de valor social. Pero se trata de una ficción, ya que las tareas del cuidado de las personas y los hogares son esenciales y sustentan la vida, y también, el funcionamiento del sistema económico. Resulta necesario así, introducir en el debate público el concepto Ética del cuidado que implica reconocer y valorar el trabajo físico y también el emocional y psicológica que conlleva hacerse cargo de los cuidados en las familias, amistades y sociedades, promoviendo una distribución equitativa de las responsabilidades. 

Esta situación de ausencia de valor al no considerarse una actividad productiva con un precio, soportada por las mujeres a lo largo de la historia, constituye hoy un postulado esencial dentro del feminismo, aunque el planteamiento viene de muy lejos. La feminista, periodista y escritora norteamericana Gloria Steinem, Premio Princesa de Asturias de Humanidades 2021, afirmó ya en una de sus míticas citas que "las mujeres no serán iguales fuera del hogar mientras los hombres no sean iguales dentro de él". 

En nuestro país, en el año 1978, María Ángeles Durán, doctora en Ciencias Políticas y Económicas, primera catedrática universitaria de Sociología en España y fundadora del Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma de Madrid, publicó un ensayo titulado "El ama de la casa. Crítica política de la economía doméstica". Fue su primera incursión en lo que con los años ha sido el eje central de su trabajo: el estudio del trabajo no remunerado, uso del tiempo y trabajo del cuidado que hacen mayoritariamente las mujeres. A lo largo de toda su trayectoria, en la que acumula seis doctorados honoris causa, se ha especializado en el trabajo no remunerado y su relación con las estructuras sociales y económicas, buscando hacer patente la interdependencia entre la vida privada y la pública. Su labor ha logrado que los temas de género se hayan incorporado en organismos internacionales como la CEPAL, la OIT, ONU Mujeres, la OMS o UNESCO.

Para ella la cuestión es clara: "Los cuidados son una parte importante de la vida y deberían convertirse en ley y contar con presupuesto económico, pero creo que para eso falta mucho". Mientras llega este futuro necesario, aporta datos: "En España la carga diaria de trabajo de las mujeres, desde que son niñas, es una hora mayor que la de los hombres, lo cual supone que, con esas horas extras trabajadas por las mujeres a lo largo de su vida, podrían haber estudiado cinco licenciaturas".

En esta línea Gosta Espimg- Andersen, uno de los teóricos sobre la protección social, afirma que en contra de lo que se escucha habitualmente, "el desarrollo de los servicios de los cuidados y de la actividad femenina no debe ser entendido como un coste, sino como una verdadera inversión social."

En el momento actual la opinión generalizada es que para afrontar una política de cuidados transformadora es necesario elaborar un nuevo pacto social que contemple medidas correctoras para reestructurar el marco de división actual. Según Ezquerra y Mansilla, es preciso "convertir en objetivo político prioritario la democratización del conjunto de relaciones sociales, económicas, institucionales y simbólicas que estructuran la organización social del cuidado en nuestra sociedad. A partir de ahí, necesitamos construir un marco analítico, pero también estratégico, claramente feminista que genere herramientas para el diseño, la implementación y la evaluación de unas políticas públicas transversales que tengan la democratización del cuidado como una de sus prioridades."

Esta democratización de los cuidados contiene una importante novedad y es dejar de priorizar el ámbito denominado productivo sobre el reproductivo, implementado la socialización de la responsabilidad hacia los cuidados.  Según la Plataforma de Acción de Beijing, "reconocer el cuidado significa valorizarlo social y simbólicamente, y ello pasa, en primer lugar, por visibilizar su naturaleza, sus dimensiones y el papel que juega en contextos específicos”. Actualmente el reconocimiento de la centralidad social supone que los distintos niveles de las administraciones públicas, así como instituciones y el sector privado se responsabilicen de los cuidados, logrando, más allá de un reparto de los cuidados entre hombres y mujeres, una colectivización de esta cuestión esencial para las sociedades. Resaltando así, la necesidad e importancia de entender los cuidados desde una perspectiva comunitaria: el cuidado debe ser una responsabilidad compartida y no individualizada, basada en el tejido de redes de apoyo fuertes.

Corina Rodríguez explica cómo la Economía Feminista supone una importante visión sobre ese tema: "Es una corriente de pensamiento que pone el énfasis en la necesidad de incorporar las relaciones de género como una variable relevante en la explicación del funcionamiento de la economía y de la diferente posición de los varones y las mujeres como agentes económicos y sujetos de las políticas económicas". En consecuencia, esta economía feminista considera necesario que los cuidados pasen a formar parte de dos tipos de responsabilidad, pública y privada, correspondiendo tanto a hombres y mujeres como a los actores sociales.

Ariadna Romansi propone soluciones eco feministas al tema de los cuidados. Según propone, "dejar de comprender la naturaleza como un recurso es clave para lograr la sostenibilidad de las tareas de cuidado e impulsar un nuevo sistema en clave ecofeminista donde nuestra relación con aquélla esté marcada por los ritmos de la naturaleza y sin dinámicas nocivas de contaminación, dominio o control. Entender que el cuidado no sólo es aplicable a las personas, sino también al entorno natural, nos permitirá crear nuevos espacios seguros, saludables y más sostenibles que aprovechen las ventajas del ritmo medioambiental para conciliarlo con los de la vida y que los cuidados no supongan una carga añadida para algunas mujeres, sino que el propio sistema económico modifique sus ritmos para permitir que tanto hombres como mujeres puedan cuidar de forma colectiva, así como cuidarse a sí mismas y su entorno natural”.

En definitiva, la reflexión acerca de los cuidados en nuestras sociedades actuales, contribuye a la igualdad de género, pero también impulsa relaciones más saludables y justas, aspirando a una revalorización de los cuidados que nos guíe hacia una sociedad basada en el respeto y la equidad. 

 

domingo, 28 de julio de 2024

 

FEMINISMO COMO ELEMENTO DE JUSTICIA SOCIAL

 

El siglo XX dibuja el cambio radical que las mujeres han experimentado en sus vidas. Ha sido una transformación que las ha situado en un plano con protagonismo propio y que ha llevado su nueva posición a la vida social, laboral, política y también a la esfera privada, a su determinación personal y a su propia casa. Para llegar a esta nueva posición en el mundo y en su propio mundo, han debido pasar siglos y numerosas mujeres, que con nombres que pasaron a la historia o con compromiso y sin nombres inmortalizados, lucharon por alcanzar derechos.

 

El siglo XX ha quedado marcado como el siglo de la revolución de las mujeres porque ha sido el fenómeno más importante de los últimos años. Para tratar de estructurar esta historia de transformación se ha establecido un orden a partir de las denominadas Olas del feminismo. Con esta categorización el objetivo es dar visibilidad a la lucha de las mujeres por salir de su situación de discriminación en los ámbitos público (económico, social, político, participativo, cultural) y privado y avanzar hacia la igualdad.

 

De acuerdo a esta propuesta, estamos viviendo la cuarta Ola del feminismo, la que se plantea la erradicación de todos los tipos de violencia hacia las mujeres (incluida la abolición de la prostitución y la violencia sexual) y el logro de la paridad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. La primera Ola se establece a mediados del siglo XVIII, con el nacimiento del feminismo moderno, la segunda Ola  abarca desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX y la tercera Ola, que comenzó en los años sesenta del pasado siglo para llegar hasta los noventa, plantea el conocido lema de que lo personal es político, creado por Carol Hanisch en su ensayo escrito en 1970 que contiene afirmaciones como esta: “Una de las primeras cosas que descubrimos en estos grupos es que los problemas personales son problemas políticos. No hay soluciones personales en este momento. Solo hay acción colectiva para una solución colectiva”

 

Los nombres de las mujeres que han protagonizado el largo camino hacia la igualdad forman parte de una historia, que, habiendo sido tozuda en no reconocer sus iniciativas y logros, hoy se escribe en femenino. Este empeño de las mujeres por hacer historia, por escribirla y formar parte de ella, es lo que explica que el largo camino por desterrar la injusticia, la desigualdad y la discriminación, ha logrado sus objetivos y ha sido posible por la lucha colectiva de las mujeres que, generación tras generación a largo de los siglos, han caminado con firmeza y sin dar ni consentir pasos atrás.

 

Además, en esta historia aparecen nombres de las imprescindibles. Estas mujeres, existentes en todos los tiempos, comparten su condición de implacables en la defensa de la igualdad, defensoras de la educación para niñas, jóvenes y mujeres, luchadoras por acabar con los techos de cristal, reivindicativas para poner fin a la brecha digital actual, inasequibles al desaliento como tantas veces se ha nombrado a las sufragistas.

 

En la voluntad decidida por nombrar a estas indispensables de la historia subyace la necesidad del movimiento de mujeres por reconocer toda esta larga travesía. Por poner un principio, en el año 1405 Christine de Pizan, italiana afincada en Francia, catalogada como primera escritora profesional, escribió “La ciudad de las Damas”, obra clave en la denominada querella de las mujeres, y se preguntaba “cuáles son las razones que llevan a tantos hombres y clérigos a vituperar a las mujeres”. En esa obra imagina una ciudad integrada por mujeres ilustres que servirán de espejo al resto y argumentarán contra la misoginia en la que están inmersas.

 

Mary Wollstonecraft, escritora inglesa y primera filósofa feminista, escribió en 1792, “Vindicación de los derechos de la mujer”, con una defensa de los derechos de igualdad de las mujeres, especialmente en los campos de la educación, el empleo y la política. Mujer libre y desvinculada de los convencionalismos de la época, murió como consecuencia de las complicaciones del parto de su segunda hija, la escritora y madre de “Frankenstein”, Mary Shelley Wollstonecraft.

 

Olympe de Gouges, nacida como Marie Gouze, filósofa política francesa, publicó en el año 1791 la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”. La Revolución Francesa se había producido unos años antes, en 1789, pero se había olvidado de reconocer los derechos de las mujeres. Apenas dos años después de publicar su obra en la que pedía el reconocimiento de los derechos para las mujeres, abogaba por un trato igualitario, reclamaba el derecho al voto y solicitaba el divorcio, fue juzgada por el llamado tribunal revolucionario y condenada a muerte en la guillotina.

 

Emmeline Pankurst es la figura de referencia del movimiento sufragista de la Inglaterra de principios del siglo XX. Su vida es la historia de la defensa militante y comprometida por lograr el voto para las mujeres. Tras más de una docena de detenciones policiales en un año, cinco huelgas de hambre y una voluntad de hierro por la defensa del voto para todas las mujeres, en el año 1928 ve como su lucha reconoce este derecho, anulando la ley que diez años antes lo había aprobado para mujeres mayores de treinta años con determinadas situaciones económicas privilegiadas. Su hija Christabel fue también una figura destacada del sufragismo.

 

En España el voto para las mujeres llegó por la lucha de Clara Campoamor, parlamentaria y abogada, segunda mujer en ingresar en el Colegio de Abogados de Madrid. Figura de referencia en el sufragismo español, gracias a su coraje y a su defensa de este derecho femenino, se incluyó en la Constitución de la Segunda República de 1931. Las mujeres españolas mayores de veintitrés años votaron por primea vez en las elecciones generales de 1933. Clara Campoamor no resultó elegida diputada, abandonó la política y poco después debió coger la ruta del exilio. Entre sus frases para defender la igualdad de derechos para las mujeres aparece esta: “Solo aquel que no considere a la mujer un ser humano es capaz de afirmar que todos los derechos del hombre y del ciudadano no deben ser los mismos para las mujeres”.

 

En definitiva, el largo camino de la igualdad tiene sus peldaños asentados en la justicia legal, aunque esto no significa que los techos de cristal, las brechas salariales, digitales y educativas y la violencia de género no estén presentes en nuestras sociedades. Por esto, la justicia legal es un pilar esencial y un eslabón necesario para avanzar en la igualdad real entre hombres y mujeres. Sin embargo, es necesario entender que la igualdad es una cuestión de justicia social, sin olvidar, por supuesto, que nos encontramos ante grandes avances en los derechos y libertades de las mujeres del primer mundo. Resulta imprescindible hacer una reflexión acerca de cómo es ser mujer en el tercer mundo para conocer y reconocer los avances y desafíos que aún quedan por delante para muchas sociedades.

 

Entendida la igualdad como elemento de justicia social, los derechos humanos cobran protagonismo para lograr esta igualdad que reclama la equidad como elemento esencial para que cada ser humano, las mujeres también, puedan desarrollar con libertad y dignidad sus capacidades para lograr su desarrollo integral.

jueves, 6 de junio de 2024

CULTURA FEMINISTA PARA DISFRUTAR DE LAS VACACIONES. RECOMENDACIONES QUE TE ACOMPAÑARÁN ESTE VERANO.

    La cultura constituye un pilar básico para avanzar hacia la equidad social y hoy la legislación española establece en la Ley Orgánica 3/ 2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres que se debe hacer efectiva la igualdad de trato en todo lo relacionado con la creación y producción artística e intelectual. Tanto empeño, tanta dedicación, tanta pasión han logrado conformar una cultura feminista que hoy es reivindicada y reconocida, tanto a nivel social como académico.

    Los nombres de las mujeres escritoras, artistas, científicas que han contribuido a hacer avanzar la historia de la humanidad han permanecido silenciados durante siglos, pero hoy conocemos muchos de esos nombres, de las mujeres que hoy cuentan y en el pasado han contado para hacer que el mundo avanzara. Fue el feminismo en los años setenta el que comenzó a cuestionar, también, los valores tradicionales del mundo del arte, divulgando nombres de mujeres artistas, dando visibilidad a sus propuestas literarias y creativas y reivindicando la presencia de mujeres creadoras en el mundo del arte. La cultura es esencial para representar y entender la sociedad en la que vivimos y a lo largo de los siglos y en los distintos ámbitos científico, cultural y literario, las obras realizadas por mujeres han permanecido ocultadas, silenciadas, anuladas, invisibilizadas o directamente atribuidas a los varones cercanos a ellas.

    RECOMENDACIONES PARA EL VERANO. El verano llega y con él un tiempo mayor para el disfrute y el ocio. Así proponemos libros, películas y arte para un verano.

    Nuestras recomendaciones comienzan con una de nuestras imprescindibles, como un homenaje a su memoria: la joven rapera y poeta Gata Cattana, fallecida en 2017. "La escala de Mohs" poemario autoeditado y “No vine a ser carne", poemas y textos inéditos, son los dos libros en los que se recoge su valiosa obra literaria feminista. Además, tiene editados cuatro discos.

Poema de Gata Cattana: “Con las manos”

No aman de igual forma

los ricos y los pobres. 

Los pobres aman con las manos.

Los pobres aman en la carne y con gula, 

en las peores estampas, 

en condiciones famélicas y con

todo en su contra.

Los pobres aman sin bonitos decorados.

Entienden de lunes y de tedios domingueros

y de gastos imprevistos

de facturas y de angustias

que embisten

mes a mes

a quemarropa.

    Poetas de referencia de las jóvenes generaciones destacamos, entre otras a Elvira Sastre con "Aquella orilla nuestra" y también, con su novela “Días sin ti”.

Poema de Elvira Sastre: “Somos mujeres

Miradnos. Somos la luz de nuestra propia sombra, el reflejo de la carne que nos ha acompañado, la fuerza que impulsa a las olas más minúsculas. 

Somos el azar de lo oportuno, la paz que termina con las guerras ajenas, dos rodillas arañadas que resisten con valentía.

Miradnos decidimos cambiar la dirección del puño porque nosotras no nos defendemos: nosotras luchamos.

Miradnos. Somos, también, dolor, somos miedos, somos un tropiezo fruto de la zancadilla de otro que pretende marcar un camino que no existe. 

Somos, también, una espalda torcida, una mirada maltratada, una piel obligada, pero la misma mano que alzamos abre todas las puertas, la misma boca con la que negamos hace que el mundo avance, y somos las únicas capaces de enseñar a un pájaro a volar.

Miradnos. Somos música, inabarcables, invencibles, incontenibles, inhabitables, luz en un lugar que aún no es capaz de abarcarnos, vencernos, contenernos, habitarnos, porque la belleza siempre cegó los ojos de aquel que no sabía mirar. 

    También poeta, ilustradora y fotógrafa feminista de origen indio, emigrada a Canadá: Rupi Kaur. Cuyo propósito, según dice es "escribir sin miedo", nos abrirá el verano a disfrutar con sus libros, de los que destacamos “El sol y sus flores” y "Todo lo que necesito existe ya en mí". Además, ha publicado este año “Palabras para sanar”, un inspirador volumen de ejercicios de escritura guiada para escribir poemas con los que explorar temas como el trauma, la pérdida, la angustia, el amor, la familia, la sanación y la celebración de una misma. 

Poema de Rupi Kaur: “Legado”

Me sustento

ante los sacrificios

de un millón de mujeres antes de mí

pensando en qué puedo hacer

para que esta montaña sea más alta

para que las mujeres que vengan

después de mí

puedan ver más allá.

    Como novelistas españolas para acompañar un verano aparecen sin duda Belén Gopegui, con su última obra "Existiríamos el mar" y el cálido homenaje a su madre que realiza en "Ella pisó la luna".

Belén Gopegui en "Ella pisó la luna"

Sabemos que hay quien piensa que las palabras no son importantes, pero nosotras sostenemos que sí lo son. Y el hecho es que la palabra hombre puede ser genérica y puede no serlo, mientras que hay expresiones que siempre lo son. Y que para decir humanidad se utiliza mankind, algo así como la especie del hombre.

El hecho es, también, que aun cuando fueron hombres quienes pusieron los pies en la Luna, esos hombres forman parte de un tejido inextricable de seres, y sin el lenguaje que les enseñaron, y sin las personas que les alimentaron, abrazaron e hicieron cálculos en una mesa, no hubieran llegado a ninguna parte. El cuerpo que pisa la luna, como el que descubre un bacilo o el que acuna a una anciana, no termina jamás en sí mismo.

    Destacar a Chimamanda Ngozi Adichie y algunas de sus obras, que nos sumergen en reflexiones desde una perspectiva feminista y antirracista, como: "Todos deberíamos ser feministas" "El peligro de la historia única" "Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo" "La flor Púrpura" entre otras.

    También apostamos por Najat El Hachmi y su libro "El lunes nos querrán", Marta Sanz y su "Farándula", Dolores Redondo con su "Triología del Baztan", Alicia Jiménez Barlett, con su último libro "La mujer fugitiva" y Cristina Morales y su "Lectura fácil". Cristina Morales nos acerca en esta obra a una perspectiva de la Diversidad Funcional, más amplia y más libre, en el relato de cuatro mujeres deseosas de vida más allá de sistema que determina cómo deben vivir su vida.

    Las novelas gráficas de Agustina Guerrero, que acaba de publicar "La melodía escondida", serán un placer de lectura. En su obra “La compañera” nos invita a hacer un recorrido por nuestros recuerdos transitando todo el viaje emocional con el fin claro de abrazar todo aquello que ha construido nuestras historias vitales.

    Otro referente de la novela gráfica es Maria Hesse con “Malas mujeres” donde la autora reivindica a las mujeres que han encarnado el mal a lo largo de los siglos y nos vuelve a contar su historia.  

    Junto a las jóvenes, un libro para conocer la historia de una de las grandes silenciadas españolas: "María Lejárraga. Una mujer en la sombra", de la también escritora Antonina Rodrigo, que tiene en su haber las biografías de numerosas mujeres españolas como Mariana Pineda, Margarita Xirgú, Federica Monstseny, Amparo Poch, María Malla o María Teresa Toral. La desaparecida y querida Almudena Grandes también ocupará espacio en la biblioteca de verano con “Castillos de cartón”,  "Los pacientes del doctor García"  y la tierna obra "Los besos en el pan".

    Como escritoras de referencia nos encontramos también las Premio Nobel de Literatura más recientes, como Annie Ernaux, 2022, con una vasta obra, de la que recomendamos "Diario del afuera", Olga Tokarczuk, 2018, de la que nos quedamos con "Un lugar llamado Antaño", y Louise Glük, 2020, con "El iris salvaje".

    El verano también es propicio para el cine y comenzamos con una película que rescata a una de las silenciadas:  "Canción de cuna", de José Luis Garci, basada en la obra homónima de María Lejárraga. También proponemos a la directora Isabel Coixet, con dos de sus títulos, "La vida secreta de las palabras", del año 2005 y su último metraje, "Un amor", basado en la novela de Sara Mesa. Entre las comedias de directoras españolas proponemos las de Inés París y entre ellas, “La noche que mi madre mató a mi padre". También recomendables de las jóvenes directoras "La boda de Rosa", de Iciar Bollaín y las recientes "20.000 especies de abejas" de Estibaliz Urresola Solaguren, "Alcarrás" de Clara Simón, "Libertad" de Clara Roquet y "Las niñas" de Pilar Palomero.  

    En la cartelera de cine también hay un amplio abanico de películas realizadas por mujeres para ver. "Amá Gloria" de Marie Amachoikeli-Barsacq, llena de humanidad y ternura, "Siempre nos quedará mañana", de Paola Cortellesi, neorrealismo recuperado en clave feminista, "Mamífera", de Liliana Torres, una comedia para preguntarse cómo es vivir sin bebés, "La quimera", de Alice Rochrwahcher, una belleza que nos devuelve al mundo de las fábulas, "El consentimiento", de Vanessa Filho, cruda realidad sobre la que debatir, "Holly", de Fien Troch, con la espiritualidad a tope, "HLM Pussy", de Nora el Hourch, un ejemplo francés interracial de lucha contra la violencia machista, "Pequeñas cartas indiscretas", de Thea Sharrock, intriga y humor con actrices imponentes, "Puan", de María Alché y Benjamín Naishtat, una comedia argentina resuelta  a la italiana, "Nina", de Andrea Jaurrieta, con el pasado y la memoria personal, "Musik", de Angela Schanelec, "Justicia para Sohee", de July Jung, una reflexión sobre el trabajo actual son algunas de ellas.

    En cuanto a exposiciones puede verse hasta el 15 de septiembre la de la pintora española, gran desconocida, Rosario de Velasco en el Museo nacional Thyssen-Bornemisza. De ella ha dicho la crítica de arte Victoria Combalía que "fue una estrella fugaz en el arte español de los años treinta y se merece a todas luces ser redescubierta". 

    También hasta el 15 de septiembre la Casa Encendida acoge una propuesta rompedora: "Un réquiem por la humanidad". La comisaria de esta exposición, Tania Safura Adam, natural de Maputo, Mozambique, es investigadora, fundadora y editora de Radio África, desde donde se realiza una labor de difusión de las artes y culturas negras y desarrolla diversos proyectos en nuestro país. Esta propuesta no dejará indiferente al público visitante. 

    PhotoESPAÑA es la gran cita con el Festival internacional de Fotografía y Artes Visuales, que este año se celebra bajo el lema  Perpetuum mobile, con un total de 84 exposiciones y 293 artistas visuales. Una de las novedades es que por primera vez el Teatro real se convertirá en sede del festival. Las exposiciones y actividades culturales son numerosas y se reparten por la comunidad de Madrid y se podrán visitar, consultando el calendario, hasta el 29 de septiembre.

Hoy las mujeres saben que sus aportaciones a la historia, al arte, la ciencia, la literatura, deben ser rescatadas para completar el relato. La actuación de las mujeres durante décadas y la labor del movimiento feminista han reivindicado esta presencia para conocer y reconocer las aportaciones femeninas a la historia de la humanidad.

Pasado y presente se dan hoy cita en libros, conferencias, películas y también en charlas de mercado y café para aprender y pronunciar los nombres de mujeres que han contribuido a ensanchar y hacer más libre nuestro mundo. Solo con ellas junto a nosotras, nuestras hermanas, nuestras amigas y nuestras hijas, la historia está completa.